
La actriz estadounidense Alexandra Daddario, considerada durante la última década uno de los rostros más bellos de la industria del entretenimiento hollywoodense, es el agraciado resultado de la suma de genes italianos, húngaros, ingleses, checoslovacos e irlandeses, sumados a la cultura cosmopolita que caracteriza a la ciudad de Nueva York, donde esta estrella nació, creció e hizo sus primeras incursiones en el show business.
Pese a sus cada vez más frecuentes apariciones en series de TV y películas su ascenso a celebridad debió esperar hasta el año 2010, gracias a su rol en la película Percy Jackson y el ladrón del rayo, un papel que repitió para la secuela Percy Jackson y el mar de los monstruos tres años después y que terminó de transformar a Alexandra Daddario en un rostro conocido en el medio y la catapultó al verdadero estrellato, debiendo afrontar retos actorales y físicos aún mayores, como lo fue en el año 2017 la nueva versión fílmica de Baywatch, antes de la cual asumió un programa de entrenamiento físico y nutricional muy exigente.
“Para Baywatch, comencé a hacer pesas, algo que nunca había hecho antes y vi una gran diferencia (…) fue algo asombroso, la transformación que experimenté”, declaró Alexandra Daddario en su momento para la revista Women's Health, recordando lo trascendente que fue para su salud y apariencia la rutina diseñada por el entrenador de estrellas Patrick Murphy, quien también entrenó a otros actores para el mismo film, entre ellos Zac Efron, uno de los efímeros romances de la Daddario.
La rutina de la actriz incluyó su visita al gimnasio durante cuatro o cinco días a la semana, para realizar entrenamientos de alta intensidad con correas, deslizadores, pesas, balones BOSU y bandas de resistencia, un régimen físico muy estricto que brindó visibles resultados en la pantalla, pues Alexandra Daddario pocas veces vistió en el set algo más que el bañador que uniforma a los Guardianes de la Bahía.
“¡Por primera vez en mi vida tengo abdominales reales!” dijo a Women's Health Alexandra Daddario, sobre su resultado tras el programa de entrenamiento, un plan que la dejó tan encantada que se hizo una cliente permanente de Patrick Murphy, quien trabaja con ella durante dos días a la semana para mantener sus avances. La actriz también es fanática del yoga, una practica que combina con sus visitas al gym de Murphy y le permite controlar la ansiedad y hace más reparador su sueño.